Estoy seguro que te ha pasado que al leer no entiendes lo que estás leyendo, esto sucede muy a menudo, a todos nos pasa, y genera una frustración terrible, comprender una lectura puede tornarse algo tedioso y agotador pero tranquilo porque es algo que tiene solución.
Comprender un texto no es tan difícil como lo piensas, es más, puede volverse atractivo, pero para cambiar estas sensaciones es necesario tener en cuenta varias recomendaciones, no solo para que retengas la información sino para que la comprendas.
Empecemos, debo tener presente, por un lado, vocabulario y, por otro lado, los niveles de comprensión ¡Gracias a éstos lograremos desarrollar análisis y posturas frente a diferentes textos!
¿Sabías que el idioma español cuenta con cerca de noventa mil palabras y manejamos entre mil y dos mil? Ahí ya hay un limitante, que para los expertos se considera una de las barreras más grandes que tenemos en la comprensión, no conocer el vocabulario.
Ahora bien ¿Cuáles son los niveles de comprensión?
Los niveles de comprensión son tres:
- El primero es la “literal o descodificación”, en este nivel lo que debes hacer es asegurarte de que todo lo que lees (palabras y frases) lo entiendes, de no ser así coge un diccionario y buscar significados. Por esto es por lo que el vocabulario es esencial.
- Por otro lado, es necesario tener en cuenta que no todo lo que estoy leyendo es literal y es aquí cuando el segundo nivel de comprensión aparece, el “inferencial”, lo que algunos conocemos como la lectura entre líneas. La inferencia es el proceso mental de entender y concluir. Es otorgar características que el cerebro procesa, más allá de la palabra, realizando operaciones más complejas.
- Finalmente, en un tercer nivel, está la “Posición crítica o Postura”, en este nivel realizas un proceso crítico y de reflexión frente al texto; te ha pasado que cuando lees determinado pasaje de un libro o una revista piensas y dices: hey, no creo en eso o en aquello, ¿o por el contrario sí lo haces? ¡Bien! Has alcanzado el tercer nivel que radica en que después de leer y procesar la información tomas una postura adoptándola y volviéndola parte de ti mismo.
Hagamos un ejercicio.
¿Qué viene a tu mente cuando lees –Hacia el caer de la tarde los caballos del mar bamboleaban la embarcación-? Acá puedes realizar los tres niveles de comprensión. Primero, fue necesario conocer la literalidad de la frase teniendo en cuenta los significados, por ejemplo de bambolear; segundo, hacer una inferencia de aquello que se viene a la cabeza, ese análisis que asumes desde determinada posición o mirada (en nuestro caso pensamos en primera instancia en las olas del mar) y aunque dicha observación no está escrita sí existe y está o queda en cada uno de nosotros para, finalmente, creer o no creer en que, por ejemplo, los caballos pueden ser olas que mueven de un lado a otro la embarcación.
Ahora que ya conoces los tres niveles de comprensión, y que sabes que el cerebro del ser humano realiza operaciones complejas, como la del ejercicio anterior (los caballos del mar), en las que la inteligencia, la concentración y el vocabulario entran a jugar un papel importante, en el que asume posturas y perspectivas concretas que no están literales en novelas, relatos, ensayos, poesías y demás géneros, pero que sí las logramos captar y asumir como propias, te invito a leer con más tranquilidad, con diccionario en mano y con la confianza de comprender los textos de una forma sencilla y práctica.