La lectura, además de llenar tu mente con experiencias enriquecedoras, es capaz de potenciar tu progreso académico, laboral y social. Aquí te contamos cómo lograrlo.
Identifica tu propósito
Entender qué se lee, por qué y para qué; hace parte del proceso de preparación previo y le otorga un objetivo y una finalidad a esta actividad.
Antes de iniciar una lectura debes preguntarte cosas como, ¿qué voy a leer?, ¿por qué lo voy a leer?, ¿qué espero encontrar en esta lectura?, entre otras. Para preparar tu lectura existen técnicas y herramientas que pueden ser perfeccionadas de acuerdo con tus necesidades como lector.
Adapta tu cerebro
Leer una revista de variedades un domingo en la tarde y leer un texto técnico para un examen en la universidad, son actividades con dos objetivos diferentes que tú podrías realizar, pero que requieren herramientas distintas, que en la medida que las conozcas, te permitirán aprovechar mejor los diferentes tipos de lectura adaptando tu cerebro para ello.
Prepárate para comprender
La comprensión va más allá de la repetición o de la interpretación de lo que se lee. La comprensión es el grado de interacción entre tú como lector y el texto ante ti.
Una vez aprendes a entender el significado de las palabras y a ser capaz de comparar, relacionar, analizar e incluso opinar, notarás cómo tu comprensión aumenta de una manera que nunca creíste posible.
Desarrolla tu criterio
Todos hemos leído textos, sobre todo noticiosos, en los que no es fácil distinguir la verdad de la mentira, lo real de lo falso, e incluso, lo bueno de lo malo. Desarrollar la lectura crítica te permitirá aprender a aislar las ideas de un texto, identificar los argumentos y evaluar lo que lees para cimentar tu aprendizaje. Construirás tu propio criterio.
Aumenta tu eficiencia
Aunque la velocidad de lectura es variable en cada persona y no es igual en las diferentes etapas de crecimiento, es importante asegurar una buena velocidad para favorecer los procesos de comprensión. “Cuando se lee muy lento es fácil distraerse y perder el foco de la lectura”, afirma Patricia Pachón, directora académica de LEES – Lectura + Escritura.
Leer miles de palabras por minuto no te asegura altos niveles de comprensión, pues leer un libro científico requiere diferentes técnicas que las usadas para leer un texto narrativo, por ejemplo. Pero en promedio, alcanzar una velocidad de 600 palabras por minuto, que es tres veces más que el promedio de lectura común, es recomendable para adultos de cualquier edad porque favorece tu concentración y por tanto tu comprensión.
En una época rica en información escrita, digital y audiovisual es vital cubrir grandes bloques de información que tengan sentido.
“No se trata de abarcar más, sino de ser muy eficientes para lograr los objetivos” agrega Pachón.
Un beneficio adicional, aprendes a redactar
Saber redactar no es una necesidad exclusiva para maestros, escritores o periodistas. Con frecuencia escuchamos a los profesores decir que sus alumnos no escriben de manera coherente, no tienen buena ortografía o no aplican bien la puntuación. Estas habilidades también mejoran gracias a la lectura.
La lectura y la escritura están ligadas y se retroalimentan.
Pero te preguntarás ¿qué significa escribir bien? Pues bien, se trata de escribir con un propósito definido, con una redacción clara y la gramática correcta.
Es tan importante para un profesional que necesita interpretar un informe, como para el estudiante de maestría que requiere presentar su tesis.
Lees para progresar
Solo imagina que eres capaz de leer teniendo claro tu propósito adaptando tu cerebro a cada tipo de lectura, comprendiendo la totalidad de lo que lees, construyendo tu propia opinión con un criterio claro y con sustento, además lees más rápido y mejoras tu redacción.
Cada escenario posible en el que domines estas habilidades te dará una ventaja enorme, casi injusta, en el mundo académico y empresarial que transformará tu vida.
Este conjunto de técnicas se conoce a nivel mundial como Lectura Estratégica, que no es más que la evolución natural de la lectura rápida.