¿Cómo entrenar mi cerebro para leer?

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¿Sabías que una de las razones por las que sentimos que leer es una actividad difícil, y se nos convierte en una carga, es porque no tenemos una metodología para enfrentarnos a la lectura?   Es decir, no hay una preparación de antemano. En este post quiero que veas elementos dentro de las estrategias de lectura, consejos y tips para que ocurra todo lo contrario.

Algunas de las situaciones más comunes es que cuando inicias una lectura tu cerebro está disperso y eso pasa por las tareas pendientes y la distracción en el entorno, pero sobre todo porque no hay un entrenamiento y no le decimos a nuestra cabeza: ¡Hey, amigo, vamos a leer!

¿Qué me facilita una buena preparación para leer?

Una buena preparación para leer cuenta con tres elementos dentro de las estrategias de lectura: 

  1. Antes de leer, este elemento abarca el nivel de profundidad que tendrás, es como el calentamiento que realiza un deportista. Leer es una actividad exigente en la que los niveles de concentración son fundamentales y para ello es necesario hacer una lista de chequeo: 
  • Conocer el propósito de tu lectura, si lo haces porque te toca, porque quieres o porque vas a estudiar. 
  • Entender el nivel de profundidad que amerita el ejercicio de leer, es decir, si éste es un texto que requiere leerlo de forma superficial o requiere de literalidad y detalle.
  • Tener en cuenta la anticipación a leer que es conocer el tipo de texto (Novela, revista, informe, antiguo, moderno, relevante, etc.), revisar información inicial (Título, fecha de impresión, autor, etc.)
  • Hacer una reflexión en dos direcciones, por un lado, plantearte una o varias posibles hipótesis de lo que el texto te va a ofrecer y, por otro lado, analizar qué tanto sabes sobre lo que vas a leer.

Marcando esta lista, adivina ¡has preparado y conectado tu cerebro con el ejercicio de leer! Con esto logras un nivel de concentración, atención y comprensión mayor, haciendo la dinámica de, mientras leemos, aprobar o desaprobar la o las hipótesis que te planteaste. 

  1. Aunque no siempre se puede, el segundo elemento que tienes para entrenar el cerebro es que, preferible, leas lo que te gusta y así vas formando un buen hábito de lectura; empezar a leer lo que agrada va entrenando el cerebro para cuando debes leer textos por obligación.
  1. Volver a leer lo que ya has leído es el tercer, y último, elemento dentro de las estrategias de lectura. Cuando te enfrentas a contenidos o productos literarios más serios o complejos lo recomendable es:
  • Hacer una primera lectura general sin algún objetivo mayor a entender el texto, que te permita ubicar el contenido del texto.
  • Realizar una segunda lectura teniendo como referencia la lectura inicial, buscando hallar esos datos que realmente te sirvan para comprender la información.
  • De considerarlo necesario, realizar una tercera lectura, sabiendo que tienes una conexión total entre tu cerebro y el texto.

Un consejo:

Yo era de las personas que subrayaban las copias de la universidad o los libros en la primera lectura y éste es uno de los errores más comunes: subrayar en la primera lectura, pero ¿por qué es un error? Es un error por dos motivos: primero, cuando tengo un documento o texto difícil quiero hacer en una sola lectura la comprensión y, mientras leo, empiezo a subrayar sin saber si es o no un dato relevante y al finalizar el documento me doy cuenta de que realmente lo anterior (lo que subrayé) no era efectivamente lo importante. Segundo, porque por mirar por partes no estoy tomando el concepto global, que es lo que realmente queremos y necesitamos.

Es así como con el calentamiento del antes de leer, teniendo claro por qué vas a leer, el grado de dedicación que requiere el texto, dejando presente la información que tienes, previa a la lectura, y proyectando suposiciones es que entrenas a tu cerebro para el ejercicio, así que elige contenido que te guste, has repasos y ¿Por qué no? ¡Adquiere un nuevo hábito!

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